Las personas compran cremas y lociones para las arrugas, sin receta médica, con la esperanza de que estos productos puedan reducir las arrugas y prevenir o revertir el daño causado por el sol. ¿Funcionan? Eso depende a menudo de los componentes del producto y del tiempo durante el que se usen.
Debido a que estas cremas antiarrugas no están clasificadas como medicamentos, no se requiere que pasen por una investigación científica para probar su efectividad.